Durante un paseo por la playa, una periodista (Robin Wright Penn) del Chicago Tribune, divorciada y con un hijo, encuentra una botella con una carta de amor en su interior. Intrigada, decide buscar a su autor, un marinero viudo (Kevin Costner) que intenta superar la pérdida de su mujer Catherine, fallecida dos años atrás. Mensaje en una botella

Critica:

Una cinta que nos habla de las segundas oportunidades en el amor, ya sea por tragedia o por desengaño.
Tendría que ser una cinta interesante, porque intenta desarrollar una historia de “destete” afectivo de un interminable duelo, porque resulta esperanzadora la posibilidad de que las heridas de la traición sean cicatrizadas con la sinceridad de otra persona, y porque principalmente hay una lucha interna muy conflictiva en los personajes por permitirse volver a amar.
El problema no es que la película por momentos sea edulcorada en dosis industriales hasta el extremo de llevar al espectador al coma diabético, ni que en otros pasajes su pretendido carácter melancólico resulte muy previsible. El inconveniente de este filme es que no emociona cuando tiene todo los ingredientes para hacerlo. ¿Las causas? La incapacidad del director para malograr el guión, el plúmbeo ritmo narrativo, la extendida duración de un metraje que no propone alternativas absorbentes, las inmutables actuaciones que no salen de los convencionalismos más acérrimos con un Kevin Costner que no transmite ni un atisbo de carga emocional y con una Robin Wright Penn que irrita con su perenne sonrisita, porque resultan muy forzados y artificiosos esos escenarios típicos de postales, y ni que hablar que la pegadiza música al compás de escenas almibaradas nos hacen desear una buena inyección de insulina para recuperarnos de tanto edulcorante inefectivo.
En fin, apenas una floja opción que levanta un poco el rendimiento con su desenlace, un punto bastante a favor teniendo en cuenta las producciones de la gran industria en materia de melodramas románticos.